Salzburgo, la ciudad de Mozart
Es una fría noche de enero, las calles de Salzburgo están completamente cubiertas de nieve y una niebla parece cubrirlo todo.
Desde una ventana de la calle Getreidegasse, se escuchan unos gritos y gemidos constantes de dolor, Anna Maria Pertl está de parto. De los seis hijos que ha tenido hasta ahora con Leopold solo una de ellas, Maria Ana, que ahora tiene apenas cinco años, ha sobrevivido.
A los gritos de dolor le suceden ahora unos llantos, es 27 de enero de 1756 y acaba de nacer su séptimo hijo, Wolfgang Amadeus Mozart.
A Anna Maria, de salud endeble desde la infancia, este parto casi le cuesta la vida, pero ello no le impide abrazar con fuerza a aquel pequeño que revolucionará para siempre el mundo de la música, pero eso ninguno de ellos lo sabe aún.
Hoy te hablamos de...
La ciudad de Mozart
Y vuelvo a verte de nuevo, en otra etapa de tu corta pero intensa vida. Apenas levantas unos pocos palmos del suelo, pero ya pones en pie a auditorios y enamoras a las cortes europeas, tu genialidad supera con creces tu diminuto tamaño. ¡Cómo puede un niño tan pequeño ser un genio tan grande! Y esto sería solo el principio.
Tras llevarme de la mano y mostrarme la Viena de Mozart, esa ciudad que te vio brillar como la estrella del firmamento de la música que fuiste, ahora me adentro en lo más profundo del corazón del niño prodigio, en la ciudad que te vio nacer, crecer, revelarte contra lo establecido y hacerte a ti mismo, estoy en la bellísima Salzburgo.
La infancia de Mozart
Dicen que la infancia es la etapa de la vida que más nos marca, la que forja nuestro carácter y nuestra personalidad y a la que acabamos volviendo en busca de respuestas a las preguntas más complejas de nuestra vida.
Pero Wolfgang, hoy no nos sentaremos en el diván de Freud, la música en Viena queda ahora en otra etapa de tu vida, eso es un futuro que aún ni imaginas.
Hoy cojo con ternura esa pequeña manita de niño, esos delicados dedos que acarician el piano como si de música celestial se tratara, me dejo llevar por ti, por esos ojos vivos y alegres que siempre te caracterizaron y por esa sonrisa eterna que solo la muerte conseguiría apagar.
No hay amante de la música que no sueñe con viajar a Salzburgo y estar aquí descubriéndola contigo hoy, no podía ser sino uno de los tantos regalos que me hace la vida.
Casa Natal de Mozart
La casa natal de Mozart, en Getreidegasse 9, situada en el centro de Salzburgo, es uno de los museos más visitados del mundo. En uno de los pisos de esa casa, hoy pintada de amarillo, comenzó el genio a tocar y a componer.
Como si se tratara de un juego, con apenas tres años Mozart ya recibía clases de música, unos meses más tarde su padre comenzó a introducirle minuetos y otras piezas. Su aprendizaje y práctica eran tan perfectos que con apenas cinco años Mozart ya había compuesto sus primeras pequeñas obras.
María Ana, la hermana de Mozart
Pero el pequeño Mozart no era el único genio que vivía en esa casa, su hermana María Ana, a la que todos llamaban Nannerl, era una virtuosa del teclado y de la música.
El pequeño Amadeus quería con locura a su hermana y la admiraba muchísimo como músico, ella fue una de sus grandes inspiraciones y apoyos en su infancia.
Leopold, el padre de ambos, consciente de la genialidad de los pequeños se los llevó de gira por Europa para mostrar el talento de los niños prodigio que eran, y ganar dinero y prestigio.
Los años pasaron y Nannerl se convirtió en una bella adolescente casadera, circunstancias, que dada la mentalidad de la época, le hacían imposible continuar su carrera musical.
Mientras Mozart recorría las capitales europeas haciéndose cada vez más y más famoso, Nannerl permanencia en casa con su madre.
La correspondencia entre ambos hermanos era prolífica y muy habitual, Mozart adoraba a su hermana y solo sus matrimonios los acabaron distanciando.
Por desgracia las costumbres y la moral de la época nos hicieron perdernos a la que hubiera sido una de las grandes genios de la música, a María Ana, que cómo su hermano, tenía un don.
Fundación Mozarteum de Salzburgo
Todas estas cartas que Mozart escribía están hoy a buen recaudo gracias a la fundación Mozarteum.
Nacida en 1880, la Fundación Mozarteum es la institución internacional encargada de la preservación y difusión de Mozart y su patrimonio cultural en todas sus facetas.
La fundación se encarga del mantenimiento de los museos de Mozart en Salzburgo, de organizar conciertos en sus salones, apoyar la investigación académica y buscar obras y objetos personales de Mozart y su familia que se encuentren en propiedades privadas para comprarlos e incorporarlos a los museos de Salzburgo.
La fundación tiene la colección más grande del mundo de cartas originales, retratos e instrumentos de Mozart y su familia.
La fundación se encarga además de promocionar la figura del compositor por todo el mundo con acuerdos internacionales, desde sus violines hasta los famosos dulces en forma de bola con su cara. Mozart está en todas partes gracias a la Fundación Mozarteum.
Conciertos de Mozart en Salzburgo
Y estando en Salzburgo fue una maravilla poder disfrutar de varios conciertos en los distintos salones del Mozarteum, conectados además por su patio de cristales, la moderna estructura, que a modo de nuevo espacio, fusiona ambos edificios y nos regala un lugar de descanso entre conciertos, ampliando así las áreas de los salones del Mozarteum. Clásico y moderno, del mismo modo que lo hacen sus conciertos, incorporando fusiones y ritmos de otras músicas y otros tiempos.
La música en Salzburgo nunca para, con motivo del nacimiento de Mozart, tiene lugar la Mozart Week, el primer festival del año en Salzburgo una serie de conciertos que inauguran el año de conciertos y que se celebran del 25 de enero al 5 de febrero. La ciudad ofrece un calendario repleto de conciertos e interpretaciones, para que la música nunca falte, vayas en la estación del año en la que vayas.
Instrumentos de Mozart
En la casa natal de Mozart y en su Casa Residencia, ambas en Salzburgo, se conservan tesoros de incalculable valor, instrumentos que pertenecieron a Mozart y que hoy podemos disfrutar gracias al trabajo, la pasión y el amor de la Fundación por el compositor. Grandes tesoros de la música y de Austria, reliquias, piezas tan especiales como únicas, cuyas maderas y cuerdas fueron acariciadas por Mozart.
Con ellos tocó, compuso y dejó para la posteridad piezas que por méritos propios estarán para siempre en el Olimpo de la música.
Los violines de Mozart
Cierro los ojos y puedo ver al pequeño Wolfgang sujetando con sus manitas el violín de su infancia, uno de los grandes tesoros del genio que se conservan.
Como si acabara de salir de aquellas estancias, prácticamente intacto tal y como se lo dejó Mozart a su hermana tras su marcha a Viena, se encuentra allí también su violín de concierto, de principios del siglo XVIII.
El violín Costa de Mozart es otra de las joyas de Salzburgo. Fabricado en Treviso en 1764, por Pietro Antonio dalla Costa, el violín Costa fue utilizado por Mozart en su etapa en Viena. El Dr. Nicola Leibinger-Kammüller lo donó a la Fundación Mozarteum y gracias a ello hoy podemos disfrutar de él.
La viola de Mozart es otra de las piezas que La Fundación Mozarteum adquirió para disfrute de todos, fue comprada a los herederos del coleccionista musical inglés Edward Speyer.
En esta colección única se encuentra también el fortepiano del compositor, que fue donado a la Fundación por el hijo de Mozart y su clavicordio.
Piezas de incalculable valor con la que conquistó el oído y el corazón del universo entero.
La residencia de Mozart en Salzburgo
Como buen músico que era, Mozart cambió muchas veces de casa aunque no tanto como lo hizo Beethoven en Viena.
Gracias a ello además de visitar su casa natal, en Salzburgo también es posible visitar la otra casa en la que vivió Mozart antes de marcharse para siempre a Viena. La residencia Mozart se encuentra al otro lado del río, no muy lejos de los preciosos jardines de Mirabel, en Makartplatz 8.
Manuscritos, cartas, composiciones y algunos de sus instrumentos se encuentran en esta casa a la que he venido antes de abandonar la ciudad, muy cerca del hotel Sacher, un postre inmejorable, música y tarta sacher. Aunque he de confesar que mi perdición es el strudel casero, estoy segura de que a los Mozart también le gustaba, “¿Y a quién no?” Sería la pregunta.
Festival de Salzburgo
Durante estos días en Salzburgo, me he acordado mucho de Youssef, sus rasgos angulosos, su tez morena y su pelo oscuro son pistas inconfundibles de sus orígenes árabes. Él es de esas personas con las que me encanta conversar y escucharlo con atención, ya que además como buen sirio que es, es un gran contador de historias.
Sabedora de que Austria es uno de esos lugares en los que él se siente como en casa, no he dudado en enviarle una postal en forma de WhatsApp, “Estoy en tu querida Salzburgo” cierra el mensaje una carita sonriente, lástima que no haya emojis de strudels, tan buenos y caseros como los que él prepara.
Youssef es de esas personas que ningún año falta a la cita, sus veranos son sinónimo de música, acompaña a coros y bandas de música con sus viajes organizados para músicos con Viajes Austria. Todos sus viajeros sueñan con acercarse a la figura de Mozart, recorrer las calles que lo vieron convertirse en músico, tocar y cantar en los lugares más especiales de Salzburgo, y disfrutar del festival de los festivales, del evento musical del año, el Festival de Salzburgo.
Desde 1920 durante seis semanas en los meses de Julio y Agosto tiene lugar en Salzburgo uno de los festivales de música y teatro más importantes del mundo.
La música como elemento de unión y reconciliación, eso pensaron Hugo von Hofmannsthal, Max Reinhardt y Richard Strauss, los creadores de este ya más que centenario festival.
Más allá de resaltar la obra y figura de Mozart, el gran salzburgués universal, el programa del festival también incluye ópera, interpretación y conciertos. Desde las interpretaciones más clásicas hasta las piezas más vanguardistas, obras olvidadas por el gran público vuelven a salir a la luz esos días; curiosos, turistas, músicos y grandes orquestas están presentes en el Festival de música más importante del mundo. Todos quieren hacer historia con su participación.
Y Salzburgo es tan historia de la música, como lo es el propio Mozart.
Abro con cuidado y delicadeza el envoltorio plata, allí está, con su forma redondeada y cubierto de chocolate, el objeto de deseo de todos aquellos que golosos como yo, visitan Salzburgo. Le doy la vuelta al papel y veo su rostro, tan icónico como eterno.
Así es Salzburgo, la ciudad de Mozart, música con mayúsculas.
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Salzburgo, la ciudad de Mozart | Noviembre 2022 | Las sandalias de Ulises
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.