El Beso de Gustav Klimt
“Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, era uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.
Entonces Jesús le dijo: «Judas, ¿con un beso entregas al hijo del hombre?» “
San Lucas, 22: 47-48
No todos los besos son iguales…
Los hay fríos como el acero, ardientes como el fuego del infierno, tibios, descafeinados, tiernos y compasivos. Hay besos dulces como la miel y amargos como el cacao más puro. Los hay fugaces, furtivos, contenidos, entregados y hasta prohibidos. Hay besos que se dan con la mirada, labios que se besan con los ojos, están los imaginarios, los que se dan en sueños y los que nunca se darán. Está el primero y el último y luego está el beso de los besos…
El beso de Klimt
Der Kuss, es una de las obras más emblemáticas del arte contemporáneo, la obra más conocida de Gustav Klimt y la pintura austríaca más famosa. El beso de Klimt es una obra maestra que cautiva e hipnotiza.
Se cumplen 100 años de la muerte de Gustav Klimt. El pintor austriaco fue uno de los más notables representantes del movimiento modernista de la secesión vienesa. Fue el cofundador de dicho movimiento, que aunaba a artistas naturalistas, realistas y simbolistas, y que trataba de interpretar los estilos artísticos del pasado. Gustav Klimt fue su primer presidente y la cabeza visible de este proyecto de renovación artística.
El pintor austríaco creó un estilo propio, sensual y provocador, llegando incluso sus obras a ser calificadas como pornograficas en la conservadora Viena de la época .
Las mujeres, grandes protagonistas de sus obras, lo fueron también de su vida. Emilie Flöge, su eterna compañera, fue más un amor platónico que carnal, impulso este que dejaba para sus musas y modelos, presentándose tras su muerte hasta 14 demandas de parternidad.

Tras un viaje a Ravena, en Italia, la visión de los mosaicos caló tan profundamente en Gustav Klimt que influiría notablemente en sus pinturas a partir de aquel momento, comenzando así el que se conoce como “El Periodo Dorado” de Klimt. Durante esta etapa pintaría también el famosísimo cuadro “Retrato de Adele Bloch-Bauer I“, que se encuentra actualmente en la Neue Galerie en Nueva York, tras una batalla legal en Estados Unidos, entre la sobrina de Adele y el gobierno de Austria, para recuperar el cuadro robado a sus familiares por el régimen nazi en Viena antes de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente la Corte Suprema de los Estados Unidos falló a favor de la sobrina de Adele. Esta historia inspiró la película “La dama de oro”, protagonizada por Helen Mirren y Ryan Reynolds entre otros.
Adele Bloch-Bauer y su marido el empresario industrial azucarero, Ferdinand Bloch-Bauer, formaron parte de la llamada belle époque vienesa, teniendo en su salón a invitados de la talla de los compositores Gustav Mahler y Richard Strauss, al arquitecto Otto Wagner y a los escritores Stefan Zweig y Jakob Wassermann, y Gustav Klimt, entre otros ilustres personajes de la época.

Aunque todas las obras de Klimt son verdaderos tesoros, sin duda el más famoso de todos sus lienzos es “El beso”.
El Beso de Klimt es un óleo sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, fue realizado entre 1907 y 1908 y desde que fue comprado por el estado austríaco para la Moderne Galerie incluso antes de que él lo acabara, se encuentra en el Palacio Belvedere y está considerado un tesoro nacional.
La obra supera todas las expectativas, nada más entrar en la sala del Museo, su magnetismo te atrapa y no puedes dejar de mirarlo, temerosa de marcharte de allí sin que tu retina haya grabado todos los ricos detalles y la magia que desprende, y lo conserve para siempre en tu memoria. Al menos, eso fue lo que me pasó a mí.

El significado del cuadro El beso de Klimt
El lienzo muestra a una pareja envuelta en túnicas adornadas con hojas de oro, plata e incluso platino que se abrazan apasionadamente. Aunque se dice que los personajes de “Der Kuss” representarían a Gustav Klimt y su amada Emilie Flöge, la corriente que afirma que se trata de una reinterpretación del mito griego de Apolo y Dafne, cobra cada día más fuerza.
Klimt dejó poco escrito sobre sus obras, ya que decía que ellas hablaban por si solas.
El mito de Apolo y Dafne es una historia de amor no correspondido en la que Apolo, dios de las artes, fue maldecido por Eros, dios del amor, después de que este se burlara de él. Eros tomó dos flechas, una de oro y otra de plomo, que arrojó a Apolo y Dafne, respectivamente, quedando el primero totalmente enamorado de la ninfa y provocando en esta un profundo rechazo hacia el dios. Dafne huía de Apolo y cuando fue alcanzada por este rogó a su padre que la liberase de las manos del dios de las artes, convirtiéndose la bella ninfa en un árbol de laurel. Apolo le juró amor eterno y que las hojas verdes de laurel adornarían siempre su cabeza, naciendo así la tradición de coronar a artistas, poetas y guerreros en la antigua Grecia.

Klimt era un pintor simbolista, quedando por ello los caracteres representativos de Apolo y Dafne ocultos y velados. El beso nos muestra el cabello de él con hojas de laurel, como si de Apolo se tratase y ella con la pasividad de ya casi un vegetal, comienza a ser atrapada por la vegetación en piernas y pies, alargándose estos últimos hacia la tierra verde repleta de coloridas flores. Klimt estaría así reinterpretando el mito, teniendo la ninfa una actitud más pasiva y no de rechazo y huída como en la versión mitológica.
Sea cual sea la interpretación de esta obra de Klimt, lo que no cabe duda es que es el beso más icónico de la historia del arte, siendo homenajeado y reinterpretado por múltiples artistas en muy distintos formatos.

Aunque la mayor parte de la obra original de Gustav Klimt está expuesta en el Museo Belvedere de Viena, incluido “El beso”, durante este año, serán muchas las exposiciones que nos mostrarán y nos adentraran en la belleza única del Modernismo Vienés , podremos encontrarlas en el Leopold Museum, y en el Wien Museum entre otros.
No hace falta una excusa para viajar a la preciosa ciudad de Viena, pero sin duda, solo el Beso de Klimt es ya un motivo más que suficiente, como decía Gustav Klimt:
“Cuando pinto, uno de mis mayores sentimientos de placer es la conciencia de que estoy creando oro”
Y de eso no cabe ninguna duda.

El beso de Klimt | Junio 2018 | Las sandalias de Ulises
Soy Clara, una viajera emocional y cultureta.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona.
... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.
Muy buen post! Desconocia esa interpretacion del cuadro de El beso!
Gracias! Me encanta que en el arte nada sea lo que parece! Un simple beso? nooooo!
Buen post! como dices, nada es solo lo que parece en el arte 😉
http://www.google.com
Gracias al Universo hallé tu blog. Conocí esta obra porque la vi como portada de un libro que hablaba “Sobre el amor” de Carl G. Jung. Me inspiró ternura, supongo que mi interpretación personal, tiene que ver con mis emociones.
Me encantó lo detallado de la info. Directo a favoritos!
Hola Maite!
Muchísimas gracias por tu precioso comentario! No te imaginas lo feliz que me hace despertar esas emociones y que te haya gustado tanto.
El beso es un cuadro maravilloso, Klimt era un absoluto genio.
Gracias por leer mi blog ? te gustarán el resto de artículos, especialmente los de la sección “Viaje emocional”.
¡Un saludo!
Hola Clara , acabo de descubrir tu blog en mi camino por la vida y curioseando me encuentro con mi cuadro favorito, El Beso de Klimt.
A pesar de su belleza estética, lo que más me gusta de este cuadro es la emoción que me transmite, es el beso que siempre he añorado toda mi vida, el Amor en su más pura esencia , son esos momentos mágicos que cuando ocurren hacen que el camino haya merecido la pena.
Muchas gracias Salomé por tu comentario y por leer mi blog ?
El Beso es una maravilla, la sensibilidad de Klimt es única y verlo en directo es hipnótico.
Gracias por leerme!
Un saludo!