El mundo se hunde bajo las aguas
Tenemos tendencia a pesar que todo es inamovible, nos da cierta seguridad pensar que nada va a cambiar. Pero no hay verdad más universal que la temporalidad.
Hoy te hablamos de...
Venecia se hunde
Venecia se hunde, la ciudad italiana sufre su peor inundación desde 1966, las aguas han entrado en palacios, museos, casas, comercios e incluso en la cripta de la Basílica de San Marco. Los daños que han provocado las inundaciones en Venecia son ya irreparables, no tiene nada que ver con las acquas altas que suceden cada año, esta es sin duda de las más graves por los daños que ha provocado en el patrimonio.
La estructura de palos de madera bajo el agua, en el barro, que sostiene Venecia, corre grave peligro, llegando incluso a barajarse la posibilidad de que el día menos pensado se derrumbe la ciudad entera.
El día que esto suceda, nos tiraremos las manos a la cabeza, “¡Cómo ha podido pasar!”. Llegamos tarde para evitar el deterioro, pero quizá aún estemos a tiempo para ralentizarlo. Pero todo suena demasiado alarmista, mejor seguir como hasta ahora acercando cruceros hasta prácticamente la misma plaza de San Marcos. Los cruceros, y sus movimientos de aguas que desestabilizan la delicada estructura sumergida de la ciudad, es uno de los grandes problemas de Venecia más allá del cambio climático, como comentaba Miguel Ángel Cajigal, conocido como El Barroquista en Twitter.
El delicado equilibrio que lo mantiene todo hasta qué de repente deja de hacerlo y ya no hay marcha atrás.
Ciudades que se hunden
El mundo se hunde poco a poco, Yakarta ya lo está haciendo, se cree que para 2050 gran parte de la capital de Indonesia podría quedar completamente sumergida.
Nueva Orleans, una de las ciudades con más historia de Estados Unidos y una de mis favoritas, está protegida mediante diques, ya que la mayor parte de ella se encuentra bajo el nivel del mar. Dada su proximidad al río Misisipi y al lago Pontchartrain y estar rodeada de zonas pantanosas, son frecuentes las inundaciones. Los tifones y huracanes suponen auténticas catástrofes cada vez que tocan tierra en la ciudad del Jazz. Además de estar hundiéndose 1 centímetro por año.
Quizá en menos años de lo esperado las Islas Maldivas, uno de los lugares más paradisíacos del planeta, y el país más bajo del mundo, hayan desaparecido por completo de la faz de la tierra, quedado sumergidas bajo el mar.
Y hasta en Houston tienen un problema y no leve precisamente. La extracción excesiva de agua subterránea está haciendo que la ciudad se hunda irremediablemente.
Las películas catastrofistas quizá dejen de ser ficción más pronto que tarde. El día de mañana es prácticamente hoy.
Hipótesis Gaia
Alguien me dijo el otro día que existe una teoría, que dice que la tierra se autorregula como un organismo vivo. Esta teoría es conocida como hipótesis Gaia y fue formulada originalmente por James Lovelock en los años 70. La tierra actuaría como un sistema auto-organizado que mantiene un meta-equilibrio que permite la vida. La biosfera, la atmósfera, los océanos y la tierra forman un sistema que se retroalimenta consiguiendo un entorno óptimo para la vida, donde los organismos se adaptan para sobrevivir en relación a los cambios ecológicos.
Los científicos dicen que históricamente, el mecanismo por el que la Tierra regula las emisiones excesivas de carbono a la atmósfera ha sido el de las extinciones masivas de especies. El planeta incómodo con todo lo que le está sucediendo se retuerce sobre sí mismo modificando ejes, provocando movimientos sísmicos, tormentas, huracanes, tifones, plagas, enfermedades y hambrunas.
¿Cómo afecta el cambio climático al ser humano?
Los habitantes de la Tierra estamos mucho más conectados a ella de la que creemos, quizá nuestros cambios de mentalidad, movimientos sociales convulsos y tensiones políticas, estén íntimamente relacionados con el cambio climático y la propia reestructuración de la tierra. Está científicamente probado que el calor nos irrita y despierta la agresividad. Dos estudios independientes, uno británico y uno estadounidense, afirman que con temperaturas más altas, se producían más agresiones y homicidios. ¿Irá está agresividad in crescendo conforme aumente la temperatura de la tierra?
La estabilidad permanente no existe, y la evolución lineal tampoco. La tierra nunca deja de moverse y nosotros menos, social e históricamente funcionamos por ciclos, más cortos o más largos, pero ciclos que se repiten, que implican siempre avances y retrocesos.
La Amazonia en peligro
Una de las cosas que aprendí en la Amazonia ecuatoriana, es que la selva tiene su propio dueño.
Las energías y los espíritus de la Amazonia han convivido siempre con los habitantes de la selva, tanto con los animales como con las comunidades locales. Hasta que llegaron las petroleras y pusieron fajos de billetes de dólares sobre la mesa para tentar a sus habitantes, con promesas de que su vida iba a cambiar. Y así lo hizo, pero a peor, estando muchos de ellos muy arrepentidos de haber cambiado armonía con la naturaleza por dinero.
No fue Judas el único.
El hombre juega a ser Dios
Ya no sé si es que el hombre juega a ser Dios o incluso ha llegado a pensar que está por encima de lo humano y lo divino. Querer tener un control absoluto de los recursos naturales desestabilizando por completo el frágil equilibrio de la vida. Las hambrunas, los tifones, las inundaciones… siempre han existido dicen unos. El cambio climático no existe, dicen otros…
Es ya tarde, mucho más tarde de lo que creemos, no sé si nuestros ojos serán testigos de una nueva Atlántida. Pero quizá si sea el principio del fin del mundo tal y como lo conocemos.
Nada sucede dos veces
Recuerdo la imponente catedral de Notre Dame de mis múltiples viajes a París; la belleza de la Catedral de San Marcos, impresionante, a pesar de los ríos de gente; las maravillosas islas Maldivas, el paraíso en tierra; y la biodiversidad única de la Amazonia ecuatoriana, entre otros lugares frágiles y únicos.
Quizá vuelva a alguno de ellos, pero ya sabemos que no será lo mismo, nunca lo es, nada se repite, como diría Wislawa Szymborska en su poema “Nada dos veces”:
Nada sucede dos veces
Y es lo que determina
Que nazcamos sin destreza
Y muramos sin rutina
(…)
Ningún día se repite
Ni dos noches son iguales
Ni dos besos parecidos,
Ni dos citas similares…
Y así es también nuestro día a día. Debemos disfrutar de cada momento porque quizá nada cambie en unos años o quizá mañana el mundo, tú mundo, tal y como lo conoces, deje de existir.
“Un día de estos…” vive el hoy, antes de que mañana el mar nos haya cubierto por completo.
El mundo se hunde bajo las aguas | Las sandalias de Ulises | Noviembre de 2019
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.