Tiempo de lectura: < 1 min
Lágrimas por Afganistán
Hoy lloro, lloro de tristeza, de rabia y de impotencia, hoy lloro por Afganistán, un país que después de dos décadas, en cuestión de días, volverá a la casilla de salida.
Las tropas internacionales dejan el país de forma rápida, discreta y sigilosa, abandonando a la población afgana a su suerte.
Muchos de ellos saben que están condenados a muerte, entre ellas mujeres y niñas, todas aquellas que iban al colegio, o a la universidad, porque eso ahora está prohibido y se paga con la vida.
Todas aquellas que comenzaron a construir un sueño, el de ser dueñas de su propio destino y que ahora se hace cenizas ante sus ojos.
Pero los niños tampoco escapan de la violencia, víctimas ellos de la práctica de bacha bazi, niños pequeños sometidos a abusos sexuales por hombres de mayor edad.
Y escrita está con sangre, la pena de muerte para todos aquellos que trabajaron o colaboraron de alguna forma con países y gobiernos extranjeros, como son los guías y los traductores. Una vez finalizados sus servicios, las embajadas guardan silencio, sálvese quien pueda, cuando estaría en sus manos poder salvarles la vida.
Tras casi 20 años de conflicto las tropas internacionales abandonan Afganistán, los últimos soldados estadounidenses dejarán el país a finales de agosto. Mientras, los talibanes esperan su momento, avanzan rápido y ya se han hecho con gran parte del territorio, fronteras terrestres incluidas. El país es una ratonera para todos aquellos que no los apoyen, y ellos ya cuentan con soporte tácito de potencias internacionales.
Las televisiones pasan por encima sigilosas, tan silenciosas como las tropas en su salida, nadie quiere que se repita la foto de Vietnam.
Afganistán comenzaba a abrirse y a hacerlo también al turismo, los viajeros más intrépidos habían empezado a llegar al país, que en la segunda mitad del siglo XX formó parte de “El Sendero Hippie”, mostrando al mundo sus azules mezquitas, sus preciosos lagos y sus espectaculares paisajes, pero también su gente, que aguerrida con el propio, es amable con el extranjero, y anhelaba abrirse camino hacía un futuro de paz que ahora parece cada vez más lejano.
A pesar de las dificultades y trabas, en los últimos años, el país había hecho progresos significativos en materia de educación y de derechos de las mujeres. La tasa de alfabetización entre ellas, aunque había aumentado considerablemente, seguía sin llegar al 30 por ciento. ¿Qué sucederá ahora?, la pregunta parece responderse por si sola.
¿Qué será de ellas?, más allá de la geopolítica y de los tableros, están ellas, obligadas a dejar la escuela y forzadas a casarse siendo apenas unas niñas, serán sin ninguna duda las grandes damnificadas de este fracaso internacional, parece difícil ponerle otro calificativo.
“¿Y a mi que se me ha perdido en Afganistán?”
Te estarás preguntando, y puede que tengas razón.
Quizá, mis lágrimas solo sean de gratitud por no vivir en Afganistán siendo mujer.
Seguir leyendo los artículos del blog de la sección VIAJE EMOCIONAL
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.