Cementerio de Belgrado, mi historia, la de Serbia y la del mundo

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Cementerio de Belgrado, mi historia, la de Serbia y la del mundo

 

Una gran nube gris había cubierto por completo el cielo de Belgrado, el sol intenso que había reinado durante toda la mañana quedaba ahora oculto tras un gran manto que anunciaba tormenta, pero aún tardaría en llegar. Sabedor el cielo de mi pasión por los cementerios, me iba a regalar tiempo, el que ya no tenían todos los que reposaban en aquel inmenso camposanto del centro de Belgrado.

 

Siempre digo que fueron los paseos por el cementerio con mi abuelo Batiste los que me hicieron amar estos jardines de descanso eterno, estos lugares que como un Museo del Silencio nos hacen descubrir la historia, y yo conocería la de mi sangre de su mano. Dicen, y así lo creo yo también, que las personas siguen vivas mientras sus recuerdos permanezcan en alguien y hoy gracias a él, su familia, que es la mía, sigue viva en mí, tan viva como lo sigue estando él cuando se me aparece en sueños.

 

Me esperaban los testigos silenciosos de otra historia, la de Serbia, muchas de cuyas páginas se habían escrito con sangre y no poca.

 

 

 

 

Crucé la puerta del Nuevo Cementerio de Belgrado cómo el que sabe que tiene una cita con la historia, con emoción, pero con el más absoluto respeto, el que merece la memoria de todos los que allí yacen. Cientos de miles de cuerpos, bajo una cruz unos, bajo una estrella otros, bajo una pesada losa todos, sin duda una metáfora del paso del tiempo, que nos acaba sepultando bajo tierra a cada uno sin excepción. No hay escapatoria, no hay huida posible, la muerte es la única certeza con la que nacemos, el resto es todo incertidumbre.

 

Tumba cementerio Belgrado

 

Bellos panteones me dieron la bienvenida al camposanto, en ellos, nombres de familias que con mis pocos conocimientos de alfabeto cirílico leía con dificultad. Familias que en su día pudieron permitirse el coste de una parcela, privilegio al que hoy nadie puede ya acceder, solo los descendientes de los que allí se encuentran.

 

Pirámide cementerio Belgrado

 

 

La Primera Guerra Mundial en Serbia

El 28 de junio de 1914, el heredero de la corona del Imperio austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria, y su esposa, la duquesa Sofía Chotek, eran asesinados en Sarajevo, aquel hecho sería el desencadenante de la Primer Guerra Mundial, pero no el único. Las alianzas e intereses se llevaban cocinando a fuego lento mucho tiempo antes de que aquello sucediera.

 

Del mismo modo que un iceberg esconde bajo el agua mucho más de lo que se puede ver desde la superficie, las guerras ocultan muchos más intereses de los que jamás saldrán a la luz, nunca hay un solo motivo, son muchos los intereses ocultos que mueven las fichas del tablero.

 

Lápida Cementerio Belgrado

 

El 28 de julio Austria-Hungría declaraba la guerra a Serbia, los ataques comenzaron en Belgrado, en la frondosa isla que divide la desembocadura del río Sava en el Danubio, conocida desde 1717 como la isla de la Guerra. Belgrado sufriría muchos bombardeos más a lo largo de su historia, heridas sangrantes que con el tiempo se irían convirtiendo en cicatrices, aún hoy visibles, no tanto en una arquitectura adaptada a las reconstrucciones constantes, como en el alma. Nunca hay un solo culpable y la Primera Guerra Mundial, sería solo un ejemplo de ello.

 

Monumento ruso Guerra Mundial Cementerio Belgrado

 

 

Cementerio Militar Italiano en Belgrado

Lejos de su tierra natal, tras una reja que separa unos muertos de otros como si de una frontera se tratara, se encuentra un pedacito de Italia. Un ejército de cruces blancas donde se encuentran los restos de aquellos jóvenes, muchos de ellos imberbes, que viajaron a tierras extrañas a luchar en una contienda sin sentido, para no volver jamás.
En este camposanto reposan los restos de los soldados italianos que perdieron la vida en territorio serbio durante la Primera Guerra Mundial.

 

Cementerio militar italiano Belgrado

 

 

Cementerios militares en Belgrado 

Pero la Gran Guerra costaría muchas vidas más y como si de páginas de un libro de historia se tratara, en las tumbas del Nuevo Cementerio de Belgrado están escritos los capítulos más sangrientos de la historia de Serbia y también del mundo. Son muchos los monumentos y osarios dedicados a los soldados fallecidos en esta contienda. Tras otra valla, que también hace de frontera, las cruces de piedra junto al Mausoleo recuerdan a los caídos bajo la bandera de Austro-Hungría.

 

Cementerio Austro-húngaro Serbia

 

Tal y como hace “Gloria rusa”, un gran ángel cuyas alas parecen querer tocar el cielo, esta representación celestial es un monumento conmemorativo en honor de los soldados rusos víctimas de la guerra de 1914 a 1918. “Memoria eterna al emperador Nicolás II y 2.000.000 de soldados rusos de la Gran Guerra.” reza el epitafio.

 

Ángel cementerio ruso Belgrado

 

Cementerio ruso en Belgrado

Frente a este imponente monumento se encuentra la Necrópolis rusa, allí rodeando la Capilla Iverska encontraron su descanso eterno muchos rusos que abandonaron Rusia después de la Revolución de Octubre de 1917 y el final de la Guerra Civil.
Tras un periodo de abandono la Federación Rusa y varias organizaciones del país se implicaron en la restauración de esta parcela. Hoy la capilla brilla del mismo modo que lo hace el mármol blanco del bosque de cruces que la rodean.

 

Capilla cementerio ruso de Belgrado

 

Muchos otros conflictos bélicos, además de la Primera Guerra Mundial, están presentes en este cementerio: las guerras serbio-turcas de 1876 – 1878, la guerra serbio-búlgara de 1885, las guerras de los Balcanes y la Segunda Guerra Mundial.

 

Seguía recorriendo las páginas de mármol de la historia de Serbia en el más absoluto silencio que reinaba en el camposanto.

 

Cementerio Ruso de Belgrado

 

Desde dentro de una ventana, junto a la capilla del cementerio dedicada a San Nicolás y cuyos frescos invitan al recogimiento, estaba él, que con sus gafas metálicas, me miraba con ojos amables mientras buscaba el icono del apóstol, que aún no había podido encontrar en ningún lugar de los que había recorrido en Serbia. Pero si un serbio no encuentra una solución, es simplemente porque no existe, jamás se dan por vencidos. Abrió el calendario, buscó el día de su onomástica, cogió las tijeras, lo cortó suavemente y me lo dio. “Aquí lo tienes”, me dijo con una sonrisa de satisfacción.

 

 

Día del Santo, la tradición serbia 

En Serbia existe una tradición única que ha sobrevivido guerras y dictaduras y esta es el día del Santo del patriarca de la familia. Institucionalizado cuando las reuniones numerosas estaban prohibidas, el santoral sirvió de pretexto para poder hacerlo creando el evento familiar del año. El día de la onomástica ortodoxa del padre de familia se celebra por todo lo alto, se reunían en casa, y siguen haciéndolo, familiares y amigos. Solo son invitados los más allegados, que año tras año, jamás faltan a la cita. Los niños no van al colegio, ni los mayores al trabajo, en este día, distinto en cada familia en el que todos se reúnen.

 

Panteón cementerio Belgrado

 

 

Cementerio de los notables serbios

Artistas, escritores y grandes personajes de la historia de Serbia están enterrados en este camposanto. Compartiendo almohada eterna, un espacio del Cementerio Nuevo de Belgrado está reservado a ellos. Próximos o en círculos, para que aún desde el más allá puedan continuar intercambiando impresiones mientras los mortales conectamos con ellos y con los demás a través de sus obras.

 

 

Tumba del escritor Ivo Andric 

“Tienes que leerte El Puente sobre el Drina de Ivo Andric, entenderás muchas cosas sobre los Balcanes”, me dijo el joven y sonriente serbio que había conocido años atrás frente al Partenón en Grecia. “Lo haré”, fue mi respuesta emocionada.
Me sonrojé avergonzada cerca de la tumba de Ivo Andric, después de tantos años, ¡aún no había ni comprado el libro! A mi vuelta a Valencia cumpliría por fin aquella promesa, tras mi viaje al interior de Albania y mi vuelta a Serbia, entender en profundidad esta región llena de matices era ya más que una necesidad.

 

Cementerio ilustres Belgrado

 

Dejando atrás todos los panteones, me acerqué discretamente a un puerta entreabierta, unas cortinas granates daban la bienvenida a las capillas funerarias. La luz tenue de las vidrieras iluminaba la estancia. A la derecha montañas de coronas de flores algunas frescas y otras ya marchitas, metáforas ellas de la fugacidad de la vida. A la izquierda, aparcado en el interior de la capilla había un coche fúnebre en acabados metálicos formas angulosas y grandes cristales amarillos para acompañar al difunto con la mirada hasta el foso en el que se perderá para siempre de vista.

 

Capillas Cementerio

 

Hay imágenes que se quedan tatuadas a fuego en la memoria, y ni el paso de los años, lustros o décadas les hacen perder un ápice de nitidez, como cuando vi aparcado aquel viejo mercedes de color azul plomo y formas redondeadas que iba a llevar los restos de mi abuelo al cementerio.

 

 

Cementerio judío de Belgrado

Justo frente a la entrada del Cementerio Nuevo de Belgrado, al otro lado de la calle, una puerta de hierro negra con una gran estrella de David indica que allí se encuentra el Cementerio judío de Belgrado.
A pesar de ser sábado, la puerta estaba abierta, en su interior los detalles de los panteones contaban las historias personales de los allí enterrados. Incluso libros sagrados han encontrado allí su descanso eterno.

 

tumba de libros

 

 Nada que ver con las sobrias lápidas de otros cementerios judíos. La mezcla serbia se dejaba ver también en este camposanto, del mismo modo que el dolor causado por el Holocausto.

 

Cementerio judío Belgrado

 

Los nazis hicieron de Belgrado el laboratorio de pruebas en el que poner en práctica sus técnicas de exterminio.
Antes de industrializar las matanzas con las duchas de Zyklon B en los campos de exterminio, los camiones eran campos de exterminio en movimiento. En el interior de estos camiones con capacidad para 50 personas, se hacinaba a más de 100, a las que se asfixiaban con el propio tubo de escape del camión. El vehículo ponía rumbo a un campo de fusilamiento a las afueras de Belgrado, donde unos prisioneros serbios cavaban una fosa y enterraban a los cadáveres que habían muerto asfixiados en el interior de estos camiones.

 

cementerio judío Belgrado

 

 

Cementerio de los Libertadores de Belgrado

Junto al Cementerio judío, a modo de jardín, se encuentra el complejo conmemorativo del Cementerio de los Libertadores de Belgrado.
Partisanos yugoslavos, soldados y oficiales soviéticos que murieron en la Segunda Guerra Mundial. Soldados del Ejército Popular de Liberación de Yugoslavia y del Ejército Rojo que murieron durante la operación de Belgrado en 1944 están también enterrados en este camposanto. A unos pocos los recuerda una pequeña lápida con su nombre, el resto descansan en una fosa común.

 

Cementerio Libertadores de Belgrado

 

 

¿Dónde está enterrado Nikola Tesla?

Los restos del genio de la electricidad se encuentran hoy en Belgrado, aunque lejos de estos cementerios. Tras su muerte en Estados Unidos rodeada aún hoy de enigmas, su sobrino consiguió los permisos para desenterrarlo, incinerarlo y traer sus cenizas a Belgrado.

 

Nikola Tesla no hubiera soportado estar rodeado de gente, él, siempre con guantes, rechazaba el contacto físico con los demás.
Además, que las tumbas no se contaran por números impares le hubieran hecho retorcerse en su tumba. En un cementerio le hubiera resultado muy complicado el descanso eterno.

 

Las cenizas de Nikola Tesla se encuentran en una sala tenuemente iluminada del Museo Tesla de Belgrado. Allí se pueden ver también algunos de sus inventos y varios objetos personales, como su elegante traje, sus impares pares de guantes, su sombrero y botas, entre otras de sus pertenencias. Un lugar imprescindible en Belgrado para todos aquellos fascinados por este genio de la electricidad.

 

Tumba cenizas de Nikola Tesla

 

 

Al salir del Cementerio, un gran relámpago iluminó el cielo, este se abrió y comenzó el diluvio, en unos pocos minutos las calles de Belgrado se convirtieron en ríos, como si se tratara de afluentes del Sava y del Danubio, testigos ellos también de la historia, como lo era aquel camposanto que dejaba atrás.

 

“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.”
Proverbio italiano

 

 

Cruces cementerio Belgrado

 

 

 

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Requisitos para viajar a Belgrado, Serbia

Serbia no es un país miembro de la Unión Europea, por lo que para viajar al país es necesario el pasaporte.

No es necesario nada más, no hace falta hacerse PCR en el aeropuerto, ni ningún otro requisito, hacer la maleta y a volar.

 

 

 

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Cementerio de Belgrado, mi historia, la de Serbia y la del mundo | Septiembre 2022  | Las sandalias de Ulises

 

 

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Soy Clara, una viajera emocional e intimista.

Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.

También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.

La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.

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Maria Jose
Maria Jose
2 años antes

Me encanta visitar cementerios en mis viajes. Tienen tanta historia detrás y un algo tan especial…