Tiempo de lectura: 3 min
Usted está aquí
Usted está aquí ahora, disfrute del momento olvídese del después, del mañana, del ayer, de lo que vendrá, porque tal y como le indica la señal del GPS, usted está aquí.

Hoy te hablamos de...
Estar en todas partes y no estar en ningún sitio
En este mundo que va tan deprisa y vamos corriendo a todas partes estamos empezando a tener la mala costumbre de estar aquí pero tener la mente allá, estar pensando en lo que haremos después o directamente que simplemente nuestro cuerpo este presente pero nuestra mente no se encuentre allí.
Vivimos tres pasos por delante, constantemente, sin estar disfrutando plenamente de lo que estamos haciendo en este momento.
Siempre corriendo, porque tenemos muchas cosas que hacer y todas son muy importantes ¿y por qué corremos? Si no llegamos tarde a ningún sitio.

¿Por qué corremos?
Aún no hemos acabado la comida y ya estamos pensando en la cena, no hemos finalizado con lo que tenemos entre manos y ya estamos planeando lo que haremos después. No llegamos a saborear las cosas, para saborear hay que pararse, dejar que las papilas gustativas se recreen con calma, apreciando cada matiz, no tener ninguna prisa y no mirar los platos de los demás de reojo.
El tiempo pasa muy deprisa pero nosotros vivimos con el cronómetro puesto constantemente haciendo que se acelere más aún. Prisa por llegar… a ninguna parte.

El arte de la paciencia o el dulce sabor de la espera
No sé cuándo ni en qué momento perdimos el arte de la paciencia, disfrutar de la espera sin prisas, contemplando lo que nos rodea, observando los pequeños detalles que muchas veces marcan la diferencia.
Vivimos dentro de una constante lista, lista de tareas que hacer, series que ver, personas con las que quedar… y cuando aún no hemos empezado la siguiente tarea ya estamos ampliando la lista y pensando en la otra, constantemente como en un bucle sin fin.

Pensando en el siguiente viaje
Dicen que los viajeros tenemos la costumbre de que cuando aún no ha acabado un viaje ya estamos pensando en el siguiente, pero tampoco es del todo cierto. A mí me gusta recordar, recrear escenas y volver a revivir el viaje, saborearlo y disfrutar del recuerdo antes de preparar el siguiente.
Un viaje se vive tres veces: cuando lo soñamos, cuando lo vivimos y cuando lo recordamos.
El avión de vuelta me sirve para reconstruir recuerdos y recrear escenas, no quiero que las experiencias vividas pierdan matices tan pronto. Quiero mantener las imágenes en mi mente a todo color el máximo tiempo posible.
Y aunque creo conveniente y más que necesario poder tener Internet cuando se viaja, no lo tengo constantemente encendido ya que el estar fuera del entorno pero constantemente enganchado al lugar de origen no me permite integrarme y disfrutar del todo del sitio en el que estoy. Acabas teniendo siempre un pie aquí y otro allá y te estás perdiendo muchas cosas.

La inmediatez
Andamos por la calle contestando mensajes de WhatsApp, muchas veces sin levantar la vista de la pantalla. En los últimos meses ¿Has cruzado la mirada con alguien por la calle?
Más allá del miedo a ser atropellados, nos resulta imposible percibir el entorno que nos rodea, daría igual que estuviéramos dentro de una cafetería, andando por la calle, paseando o incluso hay gente que hasta en el cine y en el teatro. La esclavitud de la inmediatez. ¿Es todo tan urgente?
Las aplicaciones móviles nos han facilitado la comunicación, pero parece que nos han impuesto una norma no escrita de que recibir un mensaje de WhatsApp significa tener que contestarlo inmediatamente. Esa socialmente obligada inmediatez nos hace desconectar y perder el foco en lo que estamos haciendo.
Hemos olvidado que para las cosas realmente importantes se llama, que no todos los mensajes tienen que ser contestados y que no pasa nada por esperar y contestar más tarde.
Tenemos miles de grupos de WhatsApp, estamos en muchas conversaciones a la vez y contestamos a unos y a otros cruzando mensajes aquí y allá, si por lo que sea en una hora no ves el móvil puede que tengas en tu pantalla 100 mensajes sin leer. ¿Cuántos de ellos son importantes?

Slow travel
He bajado la velocidad a la hora de viajar, antes intentaba ver lo máximo en el menor tiempo y era bastante común verme andar rápido por la calle, además de todo sea dicho, mal comer para poder llegar al siguiente lugar.
Desde hace ya un tiempo viajo mucho más despacio, intento disfrutar de los detalles y de las cosas inesperadas que salen a mí paso además de viajar sin expectativas. Cada día busco menos imágenes de los lugares, quiero descubrir no confirmar.
No me gusta cuando por circunstancias ajenas a mí, tengo que ir corriendo de un lado para otro, me sucede más de lo que me gustaría y por ello en mi tiempo libre no hay agendas, me asfixian los programas de “ferias y fiestas” personales y adoro el placer de no tener que planificar, si estoy disfrutando de algo o de la nada, no ponerle límite de tiempo.

El tiempo, el bien más preciado.
La sensación de vivir acelerada y que la vida “no me dé”, no me gusta, prefiero bajar el ritmo y quitar el pie del acelerador. No se me quema nada, quizá por eso cocinar no me guste demasiado.
Si eres de los que miran el móvil constantemente acuérdate de mirar el GPS para que te recuerde dónde estás en cada momento.
“Usted está aquí” te dirá el GPS, eso significa mucho más que unas coordenadas.

Usted está aquí | Febrero 2020 | Las sandalias de Ulises
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.
Acabo de descubrir tu blog y un post genial! Me ha alegrado leerlo y me ha hecho pensar en el estrés diario. Gracias
Muchas gracias por leerlo! Y por tu comentario!
La verdad es que a veces no nos damos cuenta de todo lo que nos perdemos por correr!
Hola. Encontrar tu blog ha sido para mí como un precioso oasis enmedio de un desierto aburridísimo y árido. Enhorabuena. Seguiremos disfrutando de nuestro viaje hasta Ítaca!!
Muchísimas gracias por tu comentario Antonio.
Me ha emocionado mucho. En ocasiones parece que las palabras se diluyen en el inmenso océano de Internet, pero comentarios como el tuyo, además de dibujarme una gran sonrisa, hacen que disfrute más aún compartiendo este viaje y el camino, a Ítaca 🙂
¡Gracias por leerme!