El día que el Sheriff de Tiraspol me abrió las puertas de su casa
Los focos de la Champions League han iluminado un lugar hasta ahora desconocido, salvo para los viajeros más intrépidos, la región de Transnistria, el país que no existe.
Este estado no reconocido por ningún país miembro de la ONU, ocupaba las portadas de todos los periódicos deportivos europeos, el Sheriff de Tiraspol se clasificaba por primera vez en su historia para la máxima competición Europea. Con la tan deseada Orejona en el horizonte, el grupo no podía ser más de gala, el Sheriff se enfrentaba al Shajtar Donetsk, cuanto menos un cruce geopolíticamente interesante, Inter de Milán y Real Madrid. El Sheriff había entrado en la Champions League por la puerta grande y a mí me iban a abrir en exclusiva las de su casa de par en par, hay emociones que son difíciles de expresar con palabras y esta iba a ser una de ellas.
El fútbol mueve masas, pocas cosas despiertan tanta pasión en el mundo y conectan ciudades y culturas como lo hace el deporte rey. Son muchos los niños (y no tan niños), que han aprendido geografía gracias al fútbol, convirtiendo su mundo en un lugar mucho más grande. Sí, también se puede viajar y conocer otras culturas a través del balompié.

Hoy te hablamos de...
¿Dónde está Tiraspol?
¿Dónde está Tiraspol?, se preguntaban muchos hace poco, y algunos aún se lo siguen preguntando. Tiraspol es la capital de Transnistria. ¿Transnistria?, ¿eso qué es?
Transnistria es un territorio ubicado entre Moldavia y Ucrania, al otro lado del río Dniéster, que declaró unilateralmente su independencia el 2 de septiembre de 1990, tras lo cual vino una guerra que duraría dos años.
Transdniéster, o República Moldava Pridnestroviana, como se le conoce oficialmente, no goza de reconocimiento internacional, ningún país miembro de la ONU lo reconoce como estado. Solo Artsaj, Abjasia y Osetia del Sur han reconocido su independencia. Y Moscú lo apoya, pero no lo reconoce oficialmente.

Pero a pesar de no estar internacionalmente reconocido como país, tiene su propio gobierno, parlamento, ejército, policía, sistema postal y moneda. Además de su propia Constitución, himno nacional, bandera y escudo, manteniendo en estos 2 últimos los símbolos soviéticos. Transnistria es el único territorio que conserva la hoz y el martillo en su bandera y en su escudo. ¿Viajar hasta Transnistria es como dicen, hacer un viaje a la Unión Soviética? En algunas cosas sí, en otras, no tanto, cómo por ejemplo en el fútbol.
Transnistria, para ser exactos su capital, Tiraspol, tiene uno de los mejores equipos de fútbol de Europa. El Sheriff de Tiraspol fue fundado en 1997 por Ilya Kazmaly y Viktor Gushan, dos ex agentes de la KGB, la agencia de inteligencia de la URSS. El equipo de fútbol es el buque insignia del conglomerado empresarial Sheriff, que nació como una empresa de seguridad y hoy comprende entre otras cosas cadenas de supermercados y gasolineras, la gran mayoría de negocios que se desarrollan en este territorio pertenecen a Sheriff.

El Estadio del Sheriff
La ciudad deportiva del Sheriff sería la envidia de muchos equipos de fútbol europeos, el complejo se extiende más de 40 hectáreas, entre las que se encuentran además del flamante Estadio del Sheriff de Tiraspol, el del primer equipo, con capacidad para 13.300 espectadores; 8 campos de tierra para la formación de la cantera, campos de entrenamiento, un recinto cubierto de fútbol, piscina y un complejo residencial. Todo son comodidades para una plantilla tan joven como multicultural, en la que hay jugadores ucranianos y moldavos, pero también muchos brasileños, además de colombianos, uzbekos, griegos, de Trinidad y Tobago y de Malaui, entre otras diversas nacionalidades.
Una ciudad dentro de la propia Tiraspol y que como carta de presentación, es lo primero que vemos cuando accedemos por carretera desde Moldavia, tras cruzar el Dniéster y ver en el horizonte la preciosa fortaleza de Bender, otra de las joyas de Transnistria.
Por fuera el estadio es de un discreto gris con acabados en azul, como son todos los negocios Sheriff, en cambio su interior…

Ante mis ojos se abrió un césped infinito, que verde brillante estaba siendo cuidado hasta el último centímetro.
-“Es por aquí”– me dijo ella en un dulce inglés con acento ruso, que con su traje chaqueta fucsia destacaba sobre el verde y amarillo del estadio, su sonrisa amable tampoco pasaba desapercibida.
Él, algo más parco en palabras, hablaba sin embargo con los ojos, que brillantes irradiaban orgullo, consciente de que el Sheriff estaba viviendo un momento histórico, y yo estaba siendo testigo de ello. Otro regalo viajero de valor incalculable.

Los rayos del sol que se abrían paso por entre las nubes iluminaban las decenas de miles de asientos amarillos, dándole aún más intensidad a su color, ya de por si llamativo, haciendo destacar más aún las letras gigantes que con asientos en negro dibujan en grande: “SHERIFF”
El amarillo y el negro son los colores protagonistas tanto del estadio como del uniforme del equipo, razón por la que se conoce al Sheriff de Tiraspol como las abejas.
El sueño de la Champions League
Entramos por la puerta de las autoridades e invitados VIP, ella abría y él cerraba la comitiva formada por nosotros tres. Al subir las escaleras, él encendió las luces, el brillo de los trofeos lo iluminó todo por completo. “Wow” – fue el único sonido que pude emitir en aquel instante.
El Sheriff es también el mejor equipo de la liga Moldava, donde está inscrito, y gracias a lo cual, tal y como hace el Mónaco con la liga Francesa, puede jugar en competiciones europeas; y su pabellón de trofeos así lo atestigua. ¿Acabará allí la tan deseada copa de la Champions League?

–“Hasta que no vino a jugar el Shajtar Donetsk, no fuimos conscientes de que lo que estábamos viviendo no era un sueño, era una realidad, estábamos en Champions por primera vez en nuestra historia.“- dijo ella con voz emocionada.
– “Ahora más que nunca creemos que todo es posible y eso incluye también ganarla”, – continuó con una gran sonrisa. Sus altísimos tacones negros de aguja se deslizaban por encima del escudo del Sheriff incrustado en el suelo, aún más brillante que los propios trofeos.

Él se alejó un momento, y volvió portando en sus manos la llave del vestuario local, el secreto mejor guardado de todos los campos de fútbol, me iban a abrir el corazón del equipo solo para mí, el lugar en el que se ríe, donde se llora y donde se celebra, el espacio más sagrado en un templo del fútbol.
Giró la llave suavemente y encendió las luces, me costó contener la emoción, estaba en los vestuarios del mismísimo Sheriff de Tiraspol, sin saber muy bien si estaba viviendo un sueño, como el suyo con la Champions, entré “hasta la cocina”.

Que sensación tan mágica y más aún sabiendo que no existe la posibilidad de visitar el campo, ni en tours, ni en visitas guiadas, ni para los propios aficionados, estaba viviendo mi propio momento histórico.

Y así, como en una nube, salí de aquel estadio, dando las gracias en ruso, el idioma oficial de Transnistria, por los regalos que me hace la vida a veces.

¿Tendrá el Sheriff la suerte del novato?, no creo que sea cuestión de suerte, es más probable que se trate de constancia, de superación y de creer con todas sus fuerzas que es posible.
Creer que los sueños se pueden convertir en realidad, ya sean grandes o pequeños, uno de los suyos clasificarse para la Champions ya lo habían conseguido, poder levantarla estaba solo un paso más cerca. Uno de los míos, viajar a Transnistria, también se había cumplido, visitar las entrañas del Sheriff de Tiraspol había sido sin duda la guinda de oro.
La magia del fútbol.

Al otro lado de la “frontera”, tras pasar el control de pasaportes en el que estos no se sellan jamás, me esperaba uno de sus grandes rivales, el Zimbru de Chisinau, el equipo de la capital de Moldavia, país que seguía considerando a Transnistria parte de su territorio.
El fútbol mueve masas ¡y hasta fronteras!

El día que el Sheriff de Tiraspol me abrió las puertas de su casa | Septiembre 2021 | Las sandalias de Ulises
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Soy Clara, una viajera emocional y cultureta.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona.
... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.