Un viaje a través de los sentidos ¿A qué huele Bielorrusia?
Ojalá las fotografías pudiesen transmitir olores, solo entonces podrías saber lo bien que huele Bielorrusia en primavera.
Aromas repletos de matices, estímulos que traen recuerdos. El olfato, el sentido olvidado y anestesiado por el día a día del asfalto y el aire acondicionado que anula cualquier percepción, esa vida diaria de neutros.
El olfato no entiende de prisas y el mío un tanto aletargado tuvo que luchar contra el polen bielorruso y sobreponerse al primer impacto, acabando por convertir en brillo el vidrio de mis ojos.
Bielorrusia ha sido un viaje a través de los sentidos en el que el olfato ha sido uno de los grandes protagonistas.
Hoy te hablamos de...
El sentido del olfato
El ser humano tiene unos 5 millones de células olfativas que comparadas con los 250 millones que tienen los perros parecen pocas ¡pero no lo son!
Las personas podemos llegar a distinguir entre unos 3.000 olores distintos, aunque nos falten conocimientos para identificarlos, además práctica y ejercicio.
Cuando las moléculas aromáticas de esa flor a la que te estás aproximando, se unen a los receptores de la nariz, se produce una señal que se transmite al bulbo olfatorio y de ahí a la corteza piriforme del cerebro, que está relacionada con el almacenamiento de recuerdos a largo plazo.
El olor es uno de los evocadores de recuerdos más potentes que existen, el olor a verano, a infancia, a casa de tus abuelos, a aquella navidad frente al fuego, a ese jabón, a comida casera… olor a personas, lugares o momentos felices.
A modo de aromaterapia a través de los olores, podemos viajar y volver a viajar a aquel lugar, imaginar e incluso encontrar paz.
¿Cuantos olores existen?
Los olores se clasifican en 10 grupos básicos: fragancia floral, leñosa o resinosa, frutal no cítrico, olor químico, mentolado o refrescante, dulce, quemado o ahumado, cítricos, picante y viejo.
Seguro que mientras lees esto a tu mente están acudiendo cuál torrente, ejemplos de recuerdos olfativos de cada uno de ellos, a mí al menos así me está sucediendo.
¿A que huele Bielorrusia en Primavera?
Bielorrusia me recibía con un espléndido sol de primavera. Un cielo azul infinito con apenas unas nubes de algodón dispersas, parece cuanto menos curioso pensar que mi piel volvería de allí hasta ligeramente bronceada.
El blanco y frío invierno bielorruso da paso a una verde y colorida primavera. Calles llenas de flores, arboles verdes y floridos… ¡un paraíso para todos aquellos que no tienen alergia!
Una vez fuera de la gran ciudad, kilómetros y kilómetros de verde infinito comparten espacio con las flores amarillas que lo invaden todo, un placer, no solo olfativo, también visual.
En determinadas zonas el olor a hierba recién cortada se mezcla también con el del ganado, las vacas, además de oler la primavera, también la saborean.
Olfato, vista y gusto.
¿A que huele la gente en Bielorrusia?
Aún recuerdo aquel viaje en tranvía por el centro de Lisboa, llamó mi atención un anciano lisboeta vestido con boina de cuadros y chaqueta de espiga. «¡Que adorable!» aún no había acabado la frase cuando de sus movimientos se desprendió un olor no muy agradable precisamente. Mi comentario fue objeto de risas y una de las anécdotas de aquel día
“…adorable”
¡En Bielorrusia la gente huele muy bien! Incluso en los días de más calor toda las personas con la que me cruzaba dejaban un halo de suave fragancia, nadie iba excesivamente perfumado, ni rastro de colonias dulces mareantes, un delicado perfecto equilibrio. Curioso cuanto menos teniendo en cuenta que la mayoría de gente va en bicicleta por la ciudad.
Los bielorrusos son un reflejo de sus ciudades, limpias, modernas y agradables al olfato.
El olor a lluvia
Al salir de la Ópera de Minsk el cielo estaba totalmente cubierto, unas nubes gris claro eran el preludio, no del ballet que ya había finalizado, sino de una pequeña tormenta.
Comenzó a llover y tuve el tiempo justo para llegar a mi alojamiento en el barrio de Trinity.
¿Por qué la lluvia huele tan bien?
La lluvia huele tan bien… gracias al petricor.
El preticor es una fragancia que se produce cuando las gotas de lluvia golpean el suelo seco haciendo que determinadas sustancias se liberen en el aire. Un aroma cálido y terrenal, el olor a tierra mojada.
Olor a pan recién hecho
Si hay un olor que me hipnotiza es el olor a pan recién hecho. No hay nada cómo pasar junto a una panadería en pleno rendimiento, el aroma que desprende me envuelve por completo provocando en mí los efectos del perro de Pávlov.
Pero Bielorrusia no huele a baguette, huele a pan de centeno, pan negro tan denso como delicioso. No hace falta que suene la campana (o el metrónomo) para que se me empiece a hacer la boca agua, el simple recuerdo me basta. No sé qué opinaría Iván Pávlov del pan de sus vecinos, seguramente formaría parte de su dieta diaria.
Pan de centeno, de trigo, integral y hasta de zanahoria, al volver a casa y abrir la maleta, aquel olor a pan que había impregnado por completo toda mi ropa me volvía a llevar de nuevo a Bielorrusia.
Olores y recuerdos
Mi maleta volvía de allí repleta de experiencias, de sabores y de olores, del olor a la felicidad de las cosas sencillas, esas rodajas de pan bielorruso, que como ya hiciera con el pan lituano, esperan en el congelador a ser las elegidas una mañana para llevarme de viaje otra vez, a un breve viaje gastronómico. Olores y sabores que transmiten recuerdos.
El campo del olfato digital está avanzando mucho, quizá esa nariz electrónica en un futuro nos traiga olores del pasado.
¿A qué huele Bielorrusia? olores y recuerdos | Julio 2019 | Las sandalias de Ulises
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.