Cómo decía nuestra amiga Karina «Volver la vista atrás es bueno a veces uhhh, mirar hacia delante es vivir sin temor» y diciembre como el último mes del año que es, suele ser el que nos invita a la reflexión, a hacer un repaso y a cerrar ciclos de alguna manera, aunque estos no entienden de calendarios gregorianos.
2018 ha sido un año muy enriquecedor tanto a nivel personal como a nivel profesional y me he reafirmado en algunas de mis facetas, descubriendo unas y recuperando otras. Han sido en cierto modo 12 meses de mucha acción, a la par que de calma y escucha interior, después de un 2017 con alguna que otra tormenta eléctrica.
Además he cumplido la norma no escrita de viajar una vez al año a un lugar en el que no hubiera estado nunca y este 2018 han sido muchos esos destinos vírgenes a mis ojos, enamorándome de muchos de ellos como no pensaba que me fuera a volver a ocurrir y cumpliendo muchos sueños viajeros. Como lo ha sido dormir en el Monasterio de Rila, siendo la experiencia aún más increíble por ser la Noche de Domingo de Resurrección; y conocer la Amazonia desde dentro, entre otras increíbles vivencias viajeras.
He vuelto por tercera vez, a lugares que me encantan, como son Viena y Vilnius, los he redescubierto y a mí misma en ellos también.
Si miro atrás a este 2018 puedo decir que ha sido un año que me ha hecho sonreír mucho y por muy distintas razones.
Hoy te hablamos de...
Viajes 2018
Viaje a Viena
Viena en enero puede parecer una locura, pero el invierno tiene mucho encanto en la capital austriaca.
Curiosamente no vi caer ni un solo copo de nieve, pero fueron unos días muy interesantes, conversé con Freud y redescubrí las obras de Klimt, además de reencontrarme con personas que me han aportado mucho y conocer a otras que se han incorporado al tren de mi vida sin pretenderlo.
Viena tiene tanto que ver, que volvería una y mil veces.
Viaje a Miami y Orlando
Cómo caído del cielo, del frío invierno europeo me fui a EEUU, a la cálida Florida, a Orlando y Miami, playa incluida.
No faltó una visita, aunque muy fugaz a Disneyland, el inmenso mundo de fantasía, en el que nada más cruzar la puerta comienzas un viaje en el tiempo y en el espacio a tu más tierna infancia, ¡no importa la edad que tengas!
Otro viaje a un mundo de fantasía y genialidad fue el increíble Museo Dalí de Saint Petersburg, Florida, la luz de Cadaqués a miles de kilómetros de distancia, que alberga los cuadros más desconocidos del genio. Me reencontré además con mi cuadro favorito de Dali, el Cristo de San Juan de la Cruz, que estaba de gira.
Y como no, disfrutar del ambiente único de Miami Beach, su Art Deco, sus playas, su música y su «non-stop» de coches deportivos de alta gama arriba y abajo.
Además de alguna que otra aventura en el Bus de Miami, no faltaron las conversaciones interesantes, esas que le dan un valor añadido al viaje.
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Escapada a Figueres y Barcelona
Tras la visita al Museo Dalí de Florida, era un buen momento para ponerse con una asignatura pendiente como era el Museo Dalí de Figueres, al que le tenía muchísimas ganas.
La visita no me decepcionó en absoluto, Dalí era indiscutiblemente un genio y uno de mis pintores favoritos. En su teatro museo puede apreciarse cada una de sus múltiples facetas artísticas, un acercamiento a su obra y a su persona.
En esos días, no podía faltar una visita a Barcelona, la ciudad Condal siempre es de reencuentros.
Viaje a Bulgaria
Bulgaria ha sido para mí uno de los VIAJES del año, esos que se escriben con mayúsculas.
Breve, pero emocional y espiritualmente muy intenso y la mayor parte de culpa la tiene Rila.
Un sueño cumplido, la increíble experiencia de pasar la noche en el Monasterio de Rila y vivir rodeada de búlgaros el Domingo de Resurrección de la Pascua Ortodoxa, espiritualmente única. Pasar la noche allí fue un auténtico regalo, un tesoro viajero de esos que permanecen para siempre en el corazón.
Viaje a Napoles y Pompeya
No puede faltar un viaje familiar al año e Italia suele ser uno de los destinos favoritos para hacerlo. Buena gastronomía y mucho que ver es uno de los denominadores comunes de las ciudades italianas. La pizza napolitana es única, como lo son sus calles, el encanto de la autenticidad decadente que no deja indiferente a nadie.
El viaje nos deparaba otras visitas magnificas como son la Nápoles subterránea, Pompeya y Herculano, tan distintas a la par que tan similares en cuanto a su fatal destino. Un volcán acabó para siempre con la vida de ambas de raíz.
Visitar Pompeya y Herculano es viajar a la Roma más antigua y poder ver, sin necesidad de imaginar, como era la vida diaria de sus habitantes. En las cantinas, en las casas, en el teatro y demás artes y hasta en el prostíbulo, todo ello conservado prácticamente intacto, por culpa, o gracias, a aquella fatal erupción.
El Vesubio tiene un magnetismo especial, el de un monstruo en hibernación profunda que se espera que no despierte jamás.
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Viaje a Ecuador
Otro de los grandes destinos de este año ha sido Ecuador. Mi primera vez en América Latina no pudo ser mejor. De la mano de Howlanders, como no podía ser de otra manera, descubrí un país que me enamoró por completo y al que volvería mañana mismo con los ojos cerrados.
El país de los 5 mundos, cuya naturaleza te deja sin palabras, tiene tanto que ofrecer, a pesar de su aparente pequeño tamaño, que 10 días fue una visita demasiado breve, me hubiera quedado meses.
La mágica Quito, la encantadora Cuenca, la sorprendente Guayaquil, sus imponentes volcanes, su gente, sus paisajes… y las Galápagos que muy a mi pesar no pude ver.
Pero hubo dos lugares me atraparon por encima de todos los demás, Quito, su precioso centro histórico y su magnífica Iglesia de San Francisco, un auténtico flechazo; y la Amazonia, donde todo cobra sentido, el equilibrio mágico y místico entre el hombre y la naturaleza.
Es necesario tomar conciencia de lo que supone para el mundo conservar la armonía natural de la Amazonia y la increíble realidad de que exista aún población no contactada, que ojalá sigan así muchos más años.
Viaje a Lituania
¡Lituania! ¡Patria mía! Tú eres como la salud;
Cuanto habrá que valorarte, eso sólo lo sabrá, quien te haya perdido
Pan Tadeusz, de Adam Mickiewicz
El viaje a Lituania fue una especie de vuelta a casa, ya que era mi tercera vez en Vilnius, una ciudad que me encanta.
Redescubrí sus rincones, y a mi yo 10 años más joven en ellos; a la par que descubrí otros lugares del país que desconocía y viví un increíble viaje gastronómico en el tiempo, a la Lituania de hace 100 años.
El olor de su pan es tan característico y único que lo reconocería con los ojos cerrados a metros de distancia. El pan es uno de sus tesoros gastronómicos, como lo son sus sopas, patatas en mil versiones y otras tantas delicias de la cocina lituana.
Lituania es el paraíso del slow travel, naturaleza en calma, lagos, bosques y mar. Este último en un curioso paraje natural como es el Istmo de Curlandia.
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Viaje a Eslovenia, Croacia y Trieste
– Roadtrip por Eslovenia
Hacía mucho tiempo que le tenía ganas a Eslovenia, ese pequeño tesoro en el corazón de Europa y no solo no me decepcionó en absoluto, sino que me enamoró por completo.
Aunque aparentemente noviembre no parece el mejor mes para viajar a Eslovenia, el otoño y sus hojas doradas y ámbar le dan un encanto especial a los preciosos paisajes del país.
Viajar en esta época tiene además la ventaja añadida de que hay muchos menos turistas y ello me permitió disfrutar del lago de Bled prácticamente en soledad y descubrir sus pequeños y encantadores pueblos y su capital, Liubliana, que tiene un encanto especial, tanto de día como de noche.
Y la culpa de que Liubliana sea tan bonita es en gran parte gracias a Joze Plečnik. Plečnik está considerado el arquitecto nacional esloveno. El magnífico arquitecto le dio un sello de identidad a Liubliana, imponiendo su estilo personal, convirtiéndola en una preciosa ciudad en la que el río que la cruza en lugar de separar integra, cosa que aunque parezca fácil solo él lo ha conseguido.
Gracias a la Liubliana Card pude también disfrutar de su castillo y de las imponentes vistas y de algunos de sus interesantes museos.
– 3 dias en Zagred
La capital de Croacia queda muy próxima a la frontera con Eslovenia, con lo que era una combinación perfecta. Era mi primera vez en suelo croata y la ciudad me gustó muchísimo! Aunque ya comenzaba a hacer frío, un precioso sol otoñal nos acompañó durante todos los días.
Gracias a la Zagreb Card pudimos disfrutar del Zagreb 360º, el lugar para observar la ciudad desde todos sus prismas, y del curioso Museo de las Relaciones Rotas, un museo único en el mundo, que invita a la reflexión y a cómo un solo objeto puede condensar todos los recuerdos, además de la importancia de soltar amarras y piedras de la mochila vital, a cerrar ciclos para poder continuar.
Zagreb es una ciudad encantadora, que invita a pasear con calma y disfrutar de su ambiente y de sus calles llenas de gente local, que afortunadamente no sufre el turismo de masas de otras ciudades de Croacia.
– 2 días en Trieste
La ciudad italiana llevaba mucho tiempo rondando por mi mente como posible destino y como ciudad lanzadera perfecta para un viaje a Eslovenia, y por fin se materializó.
La preciosa ciudad de Trieste, recuerda más a una urbe austríaca que a una italiana, ya que no pasó a formar parte del país transalpino hasta después de la Primera Guerra Mundial. Sinónimo de historia, cultura y literatura, ya que en ella han vivido destacados escritores como James Joyce, Trieste es también un crisol de culturas y religiones, una ciudad abierta y amable y casi perfecta, si no fuera por la Bora, su fuerte viento, circunstancia que no tuvieron en cuenta los arquitectos a la hora de planificar la ciudad.
Es una de las localidades menos visitadas de Italia y eso la hace aún más auténtica y especial.
Y esta vez solo me hizo falta coger un tren para viajar a Polonia, a la Fiesta de Navidad de la Embajada de Polonia en Madrid.
La Navidad en Polonia se celebra de una forma muy tradicional, son muchos los rituales y platos típicos para la Wigilia, la mágica Nochebuena polaca.
Marzenna Adamczyk, la encantadora embajadora de Polonia en España, me hizo sentir como en casa, en la celebración navideña en la Embajada, una magnifica noche que me llevó de vuelta a mi querida Polonia, mi segunda casa.
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Viaje Fin de Año
…Próximamente en sus pantallas
Y si no hay ningún contratiempo, antes de que finalice el año 2018 me espera otro viaje, todo un reto viajero.
Aunque como ya sabéis, por supersticiones viajeras, no me gusta desvelar nada hasta que no estoy en el destino, así que…
Al 2019 le pido mucha salud para seguir disfrutando de todo lo bueno que me da la vida, que es mucho; a que la ilusión siga siendo mi energía; muchas sonrisas y brillo en los ojos y muchos lugares por descubrir.
Gracias por leerme y estar ahí.
¡Feliz Viaje!
Resumen Viajero 2018 | Diciembre 2018 | Las sandalias de Ulises
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.