Gratitud
Las yemas de mis dedos recorren suavemente el lomo de todas las guías de Lonely Planet y libros de viajes que están en la estantería, me sorprende y me emociona a partes iguales. No su suave tacto, sino lo que representan y lo que me hace sentir cada una de ellas.
Haber podido descubrir tantos lugares del mundo, haber vivido tantas experiencias y haber conocido a otras personas, puntos de vista y realidades distintas, que me han ido construyendo y moldeando como un muñeco de barro hasta crear la persona que soy hoy.
Me siento tremendamente afortunada.
Tengo tanto que agradecerle a la vida que no sabría por dónde empezar.
Hoy te hablamos de...
Significado de gratitud
Gratitud es una palabra tan en desuso como bonita.
Según la RAE, gratitud es un sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto…
Motivos para quejarme, ¿tendría? Seguro, ¿los tengo? también. El Coronavirus me ha vuelto a recordar, como un fantasma de un pasado no muy lejano, que la estabilidad no existe y la laboral menos. Puro espejismo, el mundo no deja nunca de girar, de moverse. Nadie dijo que el camino a Itaca fuera fácil, pero si enriquecedor, sino no sería Itaca.
Pero le debo tanto a la vida que quejarme sería de ser muy ingrata.
Tener salud
Tengo salud, ese tan infravalorado premio del día del sorteo de Navidad. Estos tiempos solo nos confirman que no hay mayor premio gordo que ese. Y también es cuestión de suerte.
Lástima, cuantas cosas valoramos solo cuando las estamos perdiendo o ya las hemos perdido.
Por fortuna y a pesar de las circunstancias, los míos también la tienen.
Esto ya debería ser suficiente para dar gracias.
Una familia maravillosa
Tengo una familia maravillosa, que me quiere y a los que quiero con locura. Estamos separados físicamente, pero más unidos si cabe. Las relaciones a distancia obligan a expresar el amor de otra forma, distinta. Nuevas perspectivas, más creativas y eso “a pesar”, es positivo. Ver las cosas desde otro prisma siempre es bueno, enriquece y pone en funcionamiento otros sentidos, además de hacernos valorar todo lo que tenemos.
Y esos amigos que son familia y aunque estén lejos siempre se sienten cerca.
He tenido una infancia muy feliz o al menos así lo siento. Siempre la he tenido muy presente, mi lugar refugio favorito, que ha marcado mi personalidad y el saber disfrutar de los momentos, esos que nunca vuelven.
Amigos y pasajeros del tren mi vida
Al tren de mi vida han subido, y también bajado, personas maravillosas. Amigos y compañeros de viaje con los que he compartido preciosos paisajes, imponentes montañas, tranquilas llanuras, mares en calma y hasta etapas de nieve y ventisca. Viajando a la velocidad del shinkansen, con la puntualidad de los trenes suizos, o con la comodidad y familiaridad de los trenes polacos…Trayectos unos más cortos que otros, paradas algunas previstas, otras no tanto, apeaderos de gente tóxica y hasta reencuentros en el vagón cafetería. Un constante movimiento, así es el tren de la vida al fin y al cabo.
Y todo esto ya son motivos más que suficientes para sentir gratitud hacia la vida.
¿Una vida perfecta?
¿Es todo ello perfecto? No, no lo es, la perfección no existe y la vida no iba a ser menos, en gran parte, ahí reside su belleza. No todos los momentos de nuestra vida son agradables, pero un cuadro sin sombras dejaría de tener profundidad.
¿Mala suerte? ¿Buena suerte?
Son incontables las veces que he visto truncarse mis planes, torcerse mi camino convirtiéndose en zigzags imposibles o hacerse añicos mis expectativas, pero a veces que las cosas no sucedan como tú quieres es un golpe de suerte. Eso sí, golpe con algún que otro chichón incluido.
La parada en aquel puerto fenicio era solo para cargar mercancías para el resto del camino. Cuando las iba a utilizar, eso no lo sabía en aquel momento.
Disfrutar de mi compañía
Por suerte, disfruto mucho de la soledad, en ocasiones me preocupa que hasta demasiado. De no ser así no sé cómo hubiera llevado el confinamiento.
Me gusta viajar sola, pasar tiempo conmigo misma, dialogar, escucharme… me caigo bien 😉
Aunque también me encanta estar con los míos, sin prisas y sin mirar el reloj, sin tener que correr para llegar a un sitio y a otro, disfrutar de los momentos de calidad.
El deseo de tener más tiempo para mí ha caído en forma de 2 tazas de caldo. ¿Demasiado? quizá, pero que mejor ocasión para aprovechar el tiempo perdido.
Es imposible enumerar todos los regalos que me ha hecho la vida, en ocasiones me pregunto qué espera de mi a cambio.
Cada viaje es un regalo
¿He viajado mucho? Quizá más que alguna gente. ¿He viajado poco? Muy probablemente menos que otros tantos.
¿Podía haber viajado más? Quizá, ¿Menos? También. Todo es cuestión de perspectiva, de momentos y de prioridades.
Pero afortunadamente, o al menos para mí, el viaje de la vida no es una competición, ni hay rankings, ni listas, ni pódiums a los que subir, para mí no hay mayor premio, que haberme enriquecido con cada una de las experiencias y personas que me ha ido brindando el camino.
Guías de viajes, recuerdos y sueños
En la estantería comparten espacio vivencias pasadas con sueños futuros. Razones por las que me siento afortunada, Polonia, Maldivas, Australia, Japón, Corea, Ecuador, Miami, Chicago, Nueva Orleans, Omán, Ucrania, Siberia, Alemania, Austria, Suiza, Italia, Francia, Portugal, Europa del Este, Sudeste asiático…y deseos e ilusiones, Sudeste asiático, Europa del Este, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Irán, Estados Unidos, Galápagos, Islandia, Israel, Nueva Zelanda… y volver, revivir, redescubrir, reencontrarse.
No están todos los que son ni son todos los que están, las guías son solo una pequeña muestra que me recuerda cada día la cantidad de regalos que me ha hecho la vida. Cómo lo hacen los imanes de nevera cada mañana a la hora del desayuno.
Es un buen momento para detenerse y ver todo lo positivo de la vida. ¿Podría quejarme? Podría, si quisiera no tendría que rebuscar mucho para encontrar motivos para hacerlo, pero tengo demasiadas razones por las que no caer en la tentación. Como diría Thomas Fuller, sería el peor de los vicios.
Ser agradecido mejora la salud
Dice la neurociencia que la gratitud aumenta los niveles de dopamina y serotonina, y es el rasgo del carácter que tiene una relación más estrecha con la salud mental. Estudios científicos han comprobado que las personas agradecidas son más alegres, se sienten más satisfechas, son menos envidiosas y hasta duermen mejor, ya que en su mente hay muchos menos pensamientos negativos que les puedan impedir conciliar el sueño. Además de tener menos posibilidades de sufrir depresión y ansiedad.
Qué poder puede llegar a tener una sola palabra.
Ojalá dar las gracias acabara siendo tan contagioso como lo es el Covid 19. Aunque la mascarilla nos tape la sonrisa, los ojos siempre reflejan los sentimientos más profundos, por algo los llaman el espejo del alma.
Ahora que el confinamiento y la distancia social me impiden abrazar a la vida y a todos los que quiero, tan fuerte como me gustaría, al menos quiero que sepa que le doy las gracias por todo lo que me ha dado y a todos los que formáis parte de ella también.
Gracias
Gratitud | Mayo 2020 | Las sandalias de Ulises
Soy Clara, una viajera emocional e intimista.
Cada viaje es un descubrimiento de una parte de mi, conocer otros lugares y culturas ha sido también una forma de conocerme mejor y crecer como persona. ... y cuando vuelves, ves que todo está igual pero tú ya no eres la misma.
También soy comunicadora de viajes en podcast, radio, televisión, charlas, eventos, y he colaborado en diversos proyectos turísticos.
La vida es el auténtico viaje y lo importante es disfrutar de cada etapa del camino, es por ello por lo que Las sandalias de Ulises es un blog de viajes camino a Ítaca.